viernes, 8 de agosto de 2014

Infancia

Siempre llegábamos a casa.
No había otro lugar.
Y apurarnos para
tomar la merienda
porque había mucho por jugar.

Alguien nos tapaba antes
de dormirnos
y nos cantaba una canción.
Alguien quería que
nunca se nos escape
la ilusión.

Alguien nos enseñó
a caminar de la mano,
alguien nos dio tiempo
libre para dibujar un montón.

Alguien nos dejó crecer
y pensamos que vivir solos
era lo mejor.
Alguien con un abrazo
nos despidió.

Y ahora que caímos en
el pozo, y que no hay
nadie que nos diga
que no existen los monstruos,
ahora,
nos damos cuenta
que de pequeños
el mundo tenía más color.

lunes, 28 de julio de 2014

Pretención.

Pero vos querías todo para vos,
querías la música, 
querías ser la guitarra 
y ser la voz también.

Ser la armonía, esa que nada
entre palabra y palabra hasta
dar escalofríos a quien,
acostado en su cama,
la escucha y esboza una sonrisa,
esa que viene directo del pulso
del corazón y sólo se siente
cuando no hay nadie alrededor.

Querías sonar lindo, que tu voz
sea una con la segunda,
la otra que está ahí, 
más lejos pero persiguiéndote.
Porque siempre hay una persona
que te observa bailar, pero no te dice
lo que en realidad le hacés sentir,
sólo canta con vos.

Querías toda la canción,
de principio a fin,
querías esa parte que llega
a la vuelta entera de la montaña rusa,
querías gritar con todo tu ser,
sentir que te duele el pecho
de tanto cantar, querías
ser melodía, e irte con el mar.

Sólo en el piso

Ojalá la vida te aplaste, te deje ahí, entre charcos y baldosas rotas.
Sólo sientas suelas aplastándote la cara, y algún que otro perro que por lástima te huele.
Que la mierda te infecte, tu dolor siempre sea en creces, y nunca te olvides lo que supiste de mi alma.
Que tu recuerdo aumente, y sientas que las cucarachas se escabullen en tu mente.
Un aguijón de aveja en cada ojo, y que tus piernas sean babosas, y tu corazón siempre una roca.
Nunca más escuches música, no te merecés la bella melodía. Que la peste sea la dueña de tu vida, y sólo sangre blasfemes, pero en el aire, porque ni la tierra te merece.

martes, 4 de marzo de 2014

Blanco

Talvez pienses que esto es fugaz,
sinsentido, que apenas la charla
termina, todo el mundo lo hace con ella.
Todo nuestro mundo.
Pero no es así.

Muchas veces te sueño, 
y me despierto tan feliz,
como pocas veces lo fui.
Porque en mis sueños sólo
los sentidos toman posesión
de los hechos.
El tenerte a mi lado ya me hace estremecer,
el saber que viniste a casa,
que nos sentamos en un sillón a 
mirar antigüedades y hablar
sobre los libros de tu biblioteca.
Que podemos pasar horas al
lado de una ventana, sonríendo
o en silencio.
Todo es tan sencillo y cálido
cuando estás conmigo.
Ahí, soñando efímero,
besándome de mentira,
hasta que me despierto y
leo que has escrito. 
Que vos también despertaste
o te estás por dormir,
pero aún piensas en mí.

miércoles, 10 de julio de 2013

El medio de expresión no alcanza,
el contingente de palabras está llegando,
se avalancha,
desborda esta página,
ya hay agua por toda el alma.
Todo te extraña,
la almohada me dice que estaba mejor
cuando ayer nos abrazabas,
entre sábanas y miradas,
la cálidez de tus manos sostenían
todavía, a esta chica ahogada.

sábado, 15 de junio de 2013

A

Amarrarte a mis huesos,
aliviar mis pensamientos
amándote en cada beso, y
alucinar que es
atemporal tu permanencia,
aún cuando las cosas no se den,
aterrizar en tu esencia,
abrazarme a tus palabras, y que el
aire y el agua, la música y la calma,
acompañen nuestros momentos,
anuden nuestras almas.

jueves, 18 de octubre de 2012


Impúdico el acto de tu ansia
al contacto con mi piel.
Fue concupiscente el alma
al desbordar tu ser. 

Rogaste por dormir
pero era la noche de los dos
antes de tu viaje y el adiós,
que esa poesía sea amor.