lunes, 28 de julio de 2014

Sólo en el piso

Ojalá la vida te aplaste, te deje ahí, entre charcos y baldosas rotas.
Sólo sientas suelas aplastándote la cara, y algún que otro perro que por lástima te huele.
Que la mierda te infecte, tu dolor siempre sea en creces, y nunca te olvides lo que supiste de mi alma.
Que tu recuerdo aumente, y sientas que las cucarachas se escabullen en tu mente.
Un aguijón de aveja en cada ojo, y que tus piernas sean babosas, y tu corazón siempre una roca.
Nunca más escuches música, no te merecés la bella melodía. Que la peste sea la dueña de tu vida, y sólo sangre blasfemes, pero en el aire, porque ni la tierra te merece.

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